Ayer compré una palta y la transporté en una bolsa sin inscripciones, anónima, blanca casi transparente por dos cuadras. Después olvidé o no recordé. Sesenta minutos pasaron, era tarde, me acordé y pensé en su carozo, luego en su cuerpo. La palta, untuosa por fuera y con su interior de semilla gigante, me asusta un poco, la palta no, me asusta el asunto del carozo en el centro, un carozo para dos mitades. Cuando la partimos, ¿quién se queda con el carozo? Cuando me escindo, ¿qué parte de mí se queda con el carozo y a qué parte le dejo el hueco libre, vacío, a la vista de todos? vos sabes que no siento susto o miedo... casi nunca... nunca casi.. a veces.... ahora sí.
Tengo la sensación de que ayer nos acunó la misma mano de la misma noche, la mía tenía las uñas llenas de tierra, ¿la tuya también? ya pasa, ya pasa, me voy adentro.. por las dudas.
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