Me abrazó como a un sueño perdido que se recupera de golpe.
Recitó algún poema de bienvenida y brindó en voz alta, tomando una estrella de su bolsillo que alojó en mi cuerpo, sin mas.
Desenterró tres lombrices, se descalzó apurado y cantó en portugués algo que hablaba de la vida y los amores.
Mereció aplausos que no llegaron, intentó hacer la vertical en la arena húmeda.
Me pidió un hijo y se lo di.
Fue después de encender el fuego, con la luna tocando los paraísos.
1 comentario:
Niok sos groso, sabelo!
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