domingo, julio 23, 2006

Hotel Victoria

Soñé que bailábamos un tango,
tu erotismo de lento escultor
mis ranuras dispuestas sobre el empedrado.

En rojo extremo
mis zapatos despuntados
buscando tus piernas
encontrándolas
lamiéndolas.

Mi cuerpo desnudo
en un pellizco de violín
deseando la muerte
de la cintura en tu mano.

El roce de mi pubis
embebido, gota a gota
en río humectando tu ingle.

Soñé que bailábamos un tango
tus ojos en cuenco, extasiados
mi mano entrando por tu espalda.

6 comentarios:

guido dijo...

Sencillamente increible.
Gracias.

Anónimo dijo...

Veni, vamos a inaugurar rocios
sobre empedrados tisicos y melancòlicos cual bailarina
milonguita que no cazò ni a un gil.
Venì, contame sobre las muescas
en la empuñadura de tu alma...
Venì, apurate que el vino tibio
emponcha las almas de a dos...

Javier Delfino (javoc) dijo...

galocha, creo que estamos en posición de considerarte una poetiza hecha y derecha. o mejor un poco torcida. Nena eres una artista.

Anónimo dijo...

Enana: No logro encontrar la palabra justa para decirte lo increible que escribis.
Besos

Anónimo dijo...

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