viernes, julio 28, 2006

Erase una vez...un mar

Nocturna
brotando la flor oscura detrás de ti.

Como mares poblándose
crecen de improviso
las formas no recordadas
o no vistas
no precisas.

El perfume rodando a tierra
/en lágrimas saliendo apenas/
ahoga los pastos
de pura dulzura.

Mi actitud callada
de tanto escucharte
haciéndose polvo
astillas, cristales.

Las letras de tu nombre
golpean como el mar
a los muelles elegidos
para mirarte
mimarte, mi marte
tu multitud de sal
mi salitre.

Un naufragio en el vacío
del fondo del mar profundo
hacia allá me dirijo
para que no me encuentres
no me nombres, no me huelas.

En la boca me llevo
un sabor,
en fin,
la sal del dormido.



No hay comentarios.: