El sol te habia confiado
/para que guardaras en tus ojos de cuenco/
su estela de luz
que abandonaba atardeciendo.Entonces, mientras caian sus rayos
dentro de tu voz de luz
viéndome en los espejos
con un gusto a semanas
solicité con vergüenza
conservarte intacto.
Tapándote los oídos con triste insistencia,
congelado en azules y violetas,
estableciste cláusulas
indefinidamente tristes
para mí, que entro cantando
después de todo
y cuando rio
se me ríe toda la cara
siempre.-
2 comentarios:
Una lluvia de colores y poesía.
danzo tu poema, ornamentado de versos y risas.
abrazo fuerte may
Publicar un comentario