lunes, octubre 23, 2006

Red Bell















El surco de tu cuerpo en mi cara me niega la risa
un durazno espejado, entregado
el asombro te desbordó los ojos
cuando la mañana bañó la escalera
y los humos perfumaron
nuestro ilícito cemento.

1 comentario:

Javier Delfino (javoc) dijo...

Magnífico. seco. suave y bebible. muy bueno.